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Epístolas Surianas
De Julio Ayala Carlos
• Fredid Román Román, hasta siempre
LA FUNCIÓN SOCIAL DE UN PERIODISTA ES “retratar” la realidad, a través de los diferentes géneros periodísticos. Más allá de tomar partido, o de convertirse en contrapoder, el compromiso del periodista es conducirse con verdad, con responsabilidad y con apego a la realidad. Por supuesto, tiene por obligación defender la libertad de expresión, la libertad de prensa, y la libertad de información, que es de todos, y para todos. En este sentido, la violencia contra los periodistas es un ataque la democracia, y en definitiva, al pueblo, a la población…
En este sentido, atacar a un periodista, quitarle la vida o atentar contra su familia, por el ejercicio de su actividad periodística, no sólo es lamentable, sino también condenable, pero además, trágico y bestial, por decir lo menos, pues el periodista no es enemigo de nadie en particular, más que de la mentira, la corrupción, los excesos del poder, y de todo aquello escondido que no quieren que se sepa.
Cierto. Ningún periodista morirá de parto, pero tampoco debe morir por las balas. Tampoco tienen que arrancarle la vida, como si fuera un enemigo del pueblo, y de la sociedad en su conjunto. Y es que, hay que decirlo, el periodista no hace daño a nadie con su actividad profesional.
Causa pues tristeza, rabia y coraje la muerte de Fredid Román Román, quién como ciudadano común, y como periodista, fue ejemplar. Hombre sencillo, honesto, responsable y trabajador, era ejemplo de amistad, y como periodista, un profesional, de tal forma que el que le hayan arrancado la vida, nos lleva a todos a condenar la agresión y a exigir justicia a las autoridades establecidas, y por supuesto a demandar un castigo ejemplar a los agresores para que nunca más vuelvan a suceder hechos como éste.
Hay que decirlo. La muerte de Fredid Román Román enlutece a los periodistas. Más aún, nos confirma la gravedad de la violencia e inseguridad en el país, y de que la política del Presidente de abrazos para los delincuentes no sólo está equivocada, sino que con ella se está asesinando, de manera impune, a la población, y se actúa como si nada pasara. Más aún, agravia a la sociedad.
Es triste, lamentable y condenable lo que ocurre, y no sólo porque mataron a un periodista, sino porque la violencia se ha generalizado, a tal grado que en este país, nuestro país, pareciera que nadie está a salvo de la delincuencia, a la que incluso se le reconoce desde el gobierno como generadora de paz donde sólo existe un solo grupo.
¿Hasta cuándo?, es la pregunta…
Sí. Román Román sólo hacía periodismo. Lo hacía ejerciendo su derecho a la libertad de expresión, de imprenta y de información. Lo hacía a través de su periódico, y de su columna, pero siempre con respeto, equilibrado, razonado. Nunca dijo más, pero tampoco menos. Con profesionalismo, y responsabilidad. Así era él. Un periodista comprometido con su función social.
Concluyo. Ayer fue Fredid Román Román al que le quitaron la vida. Y eso, a pesar de no tener problemas con nadie, de ser un hombre que vivía con civilidad, respeto y responsabilidad, además de ser un ciudadano honesto. Indudablemente un gran amigo, y compañero de profesión.
¡Hasta siempre, Fredid Román Román!
Comentarios: epistolassurianas@hotmail.com