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Militares patrullan e instalan retenes militares en puntos considerados como focos rojos o que están en dominio de la delincuencia. En la gráfica un soldado de los morteros y certeros en alerta. fotografía de Celso Daniel Genchi Popoca.
Plan B planchado
Rafael Solano
Desde principios de marzo, según ha trascendido, inició una confrontación entre los grupos delincuenciales que quieren predominar en la región de Tierra Caliente, en donde también se han dado roces con policías y militares. Las versiones no confirmadas indican que la pugna principal es entre Familia Michoacana y Grupo Jalisco Nueva Generación, lo que ha causado una nueva diaspora. Los lugareños huyen ante el temor de morir o ser vinculados con los maleantes, al igual que lo hicieron hace tiempo los habitantes de la zona serrana de Tecpan y Chichihualco. Las autoridades estatales brillan por su ausencia y no se puede pedir ayuda al gobierno federal porque éste carece de capacidad para atender todos los problemas de inseguridad que hay dispersos por toda la geografía nacional. Lo peor es que esas batallas se están dando en la región de donde es oriunda la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, quien parece no enterarse de la violencia. O quizá sí conoce la situación pero también sabe que los policías con que cuenta apenas sirven para fungir como policías antimotines que resguardan la autopista en las temporadas turísticas y puentes patrios. ¿Hay que pedir ayuda a los gringos?
La situación que vive esa región no es reciente; por lo menos tiene una década que los pobladores de los municipios calentanos vienen denunciando extorsiones y restricciones al libre tránsito. En octubre pasado la violencia llegó al extremo y el alcalde de Coyuca de Catalán fue asesinado junto con una veintena de paisanos. Aunque el autor está identificado, a casi medio año del crimen masivo sigue libre. La impunidad, al parecer, alentó a los delincuentes para seguir cometiendo tropelías.
Esa racha de violencia que viven los municipios calentanos viene a evidenciar, además, que de nada sirvió la designación de la sierra como octava región económica; se presuponia que la inversión para desarrollar a la región disminuiría la criminalidad porque es la pobreza la que orilla, en teoría, a dedicarse a actividades ilícitas.
En fin. Tal vez no está ocurriendo ninguna desgracia en Tierra Caliente pero las versiones que circulan al respecto han generado inquietud. Es una gran paradoja porque se supone que cada día que pasa el mundo está más comunicado pero en este caso, nadie (hablando de autoridades) confirma o rechaza la información en torno a la violencia.
PASANDO A UN TEMA DISTANTE, el fin de semana se supo que el poder judicial frenó el famoso Plan B del presidente de la República. Era previsible que así pasara porque estuvo ataque y ataque a la ptesidente; tal vez la intención de adelgazar al INE y a los organismos electorales estatales no era mala, porque aparentemente cuestan mucho y sólo actúan una vez cada tres años, pero se planteó mal, como un intento avieso de controlar los comicios en un futuro cercano.