![EL ENFRENTAMIENTO NO FUE UN ACTO DE REPRESIÓN, LOS UNIFORMADOS SOLO CUMPLIERON LA LEY AL IMPEDIR QUE LOS NORMALISTAS TOMARAN LAS CASETAS DE PALO BLANCO](https://periodismodigital.mx/wp-content/uploads/2022/02/EFRAI-1024x768.jpeg)
ESTUDIANTES DE LA ESCUELA NORMAL RURAL RAUL ISIDRO BURGOS DE AYOTZINAPA INTENTARON POR TERCERA VEZ CONSECUTIVA TOMAR LAS CASETAS EN LA AUTOPISTA DEL SOL.
Lo ocurrido el mediodía de este viernes en la Autopista del Sol, a la altura de Palo Blanco en el municipio de Chilpancingo, no fue un acto de represión por parte de elementos de la Guardia Nacional y de la Policía Estatal contra los normalistas de Ayotzinapa, quienes hoy nuevamente pretendieron tomar la caseta de cobro para financiar sus actos vandálicos.
Las fuerzas del orden solamente hicieron cumplir la ley al impedir que los pseudo estudiantes cobraran ellos en la caseta de peaje, pero fueron recibidos a pedradas, cohetes y bombas molotov.
Los “ayotzinapos” –como son conocidos por la mayoría de los ciudadanos que han sido afectados por sus constantes bloqueos e irrupciones violentas en edificios públicos– se cerraron al diálogo con las autoridades y representantes de Derechos Humanos, e impidieron por varias horas la circulación de los vehículos que usan esa vialidad, ya sea para trasladarse de la Ciudad de México a Acapulco, o viceversa.
En lugar de estar en sus aulas como verdaderos estudiantes y ser buenos profesionistas en el futuro, demostraron una vez más que lo suyo es la violencia, la cerrazón y la intolerancia. Querían a fuerza recaudar fondos millonarios para sus nefastos intereses, utilizando como pretexto la presentación con vida de sus compañeros desaparecidos la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala.
Durante los últimos seis años gozaron de total impunidad para tomar casetas de peaje en la Autopista del Sol. Y como ahora ya no se les permite, ya que es un delito contemplado en la Ley de Vías Generales de Comunicación y que establece sanciones que van de 3 meses a 7 años de prisión, con multas de 100 a 500 veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización, es decir de 8 mil 962 a 44 mil 810 pesos.
La sanción también aplica para quienes interrumpan la construcción de dichas vías, que interrumpan total o parcialmente, o deterioren los demás servicios que operen en las vías generales de comunicación.
La reforma al artículo 533 de la citada ley fue aprobada el pasado 14 de diciembre por la mayoría de los senadores. Dicha reforma no busca criminalizar la protesta social, sino evitar que algunos dirigentes de organizaciones o movimientos sociales lucren con dichos bloqueos.
Desde luego que los normalistas de Ayotzinapa cuentan con el apoyo o asesoramiento de personajes señalados de lucrar con la memoria de sus 43 compañeros desaparecidos en Iguala, como es el caso del Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan” y de su abogado “estrella”, Vidulfo Rosales Sierra.
La mayoría de los guerrerenses están hartos de los disturbios que ocasionan estos jóvenes que en lugar de estar tomando clases y realizar sus prácticas profesionales en las zonas más marginadas de la entidad, sigan perjudicando a terceros, así como la imagen, el turismo y la economía de Guerrero.
Es evidente que mentes perversas pretenden generar otra crisis de gobernabilidad en la entidad, como ocurrió en 2014 en Iguala. Y llama más la atención que los normalistas de Ayotzinapa sean nuevamente los protagonistas de actos vandálicos.
Cabe destacar que el operativo de este viernes fue desplegado por el gobierno federal, a través de la Guardia Nacional, y que la Policía Estatal solamente estuvo de apoyo. El operativo se mantiene día y noche, y tiene como principal objetivo impedir la toma de casetas de peaje, y garantizar el libre tránsito.
Respecto a ese tema, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda ha sido muy prudente. De hecho, ha señalado que su administración respalda el operativo “Caseta Segura” que encabeza el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y que en ese operativo no se coarta la libertad de expresión.
Afortunadamente, en el operativo no hubo vidas humanas que lamentar. Lo condenable es que algunos elementos de la Guardia Nacional y Policía Estatal resultaron heridos por los cohetes, piedras y bombas molotov que les aventaron los manifestantes.
También hubo daños materiales por el tráiler sin conductor que los normalistas lanzaron contra la línea de efectivos de la Guardia Nacional.
Ojalá los normalistas de Ayotzinapa entiendan que su estrategia no es la indicada. Lo correcto es que se presten al diálogo con las autoridades y no afecten con sus acciones al pueblo de Guerrero.
Además, la Normal de Ayotzinapa es una de las instituciones educativas que más apoyo recibe de las autoridades. Tienen internado, por lo que no pagan la renta de un cuarto; tienen garantizada la alimentación; material para sus actividades, tanto educativas, deportivas y culturales. Y al final son privilegiados con una plaza docente. Por lo que sus acciones vandálicas no se justifican.
Los guerrerenses requieren maestros preparados para impartir enseñanza a los niños y jóvenes, que son el futuro de México.
Hay que reconocer que el gobierno federal hace bien en impedir que las casetas sean tomadas y vistas como un jugoso negocio por grupúsculos sociales, que durante varios años gozaron de total impunidad.
ENTRE OTRA COSAS… La renuncia de Javier Taja Ramírez como “militante” del PRI, no impactó en el ánimo de las bases de dicho instituto político. Más bien, fue un mensaje para un grupo político o un personaje en especial.
Y se entiende. La etapa de los buenos business llegaron a su fin en octubre del año pasado.
Los Taja no son hombres de partido. Ellos están en donde sopla el viento para llevarse una buena tajada. Y en Acapulco los conocen muy bien. ¡Zas!
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