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El voyerista
Por Alfredo Guzmán
- ¿El voyer y su circunstancia?
- Texto en tercera persona)
(Solamente lo que se puede publicar)
El voyerista cumplirá 69 años este 4 de junio. Algo que ni él se la cree.
Anciano sin reumas, pero con dolores musculares, propios de la edad. Rebelde, silvestre, rupestre y hasta culey, pero siempre buscando no causar daños a terceros.
45 años en Guerrero, ya se siente, casi. 8 años sin probar una gota de alcohol, lo revitaliza. Siempre atento, le ayuda. Leyendo, escuchando, aprendiendo, haciendo amigos, no le cansa.
Nació en la avenida Moliere de Polanco en la Ciudad de México, pero después de la vía. O sea en Lago Cupatitzio de la colonia Pensil, antes cinturón de miseria de la Ciudad de México.
Hoy zona colindante de un lugar próspero gracias a la corrupción de las autoridades que permitieron a Carlos Slim cambiar el uso de suelo de más de 40 fábricas ubicadas entre Polanco, Pensil, 5 de Mayo e Irrigación, por parte de personal cercano a Andrés Manuel López Obrador, desde que era gobernante de la Ciudad de México, que junto con la calle Madero en el Centro de la Ciudad de México, para establecer zonas comerciales y condominales que cotizan pago en millones de dólares por departamento, a cambio de apoyo financiero a campañas electorales.
Alguna vez considerada la Pensil como una de las colonias más peligrosas. La mejor forma de sobresalir es a golpes, ser un buen ladrón de autotransporte de carga y de valores. Distribuidor de drogas, zorrero (robo violentando cortinas) secuestrador o fino carterista.
Los menos sobresalen jugando futbol o estudiando, pero difícilmente viviendo en el lugar. Tienen que renunciar a su raíz.
El voyer tenía destino, pero lo más cercano era la cárcel o el panteón.
Renunció a la fama de ser jefe de banda y huyó al estado de Guerrero a los 22 años.
Antes en la escuela primaria Centro Escolar México, pasó de primero a segundo a medio año, porque ya sabía leer, escribir, sumar y restar. Ya antes había estado un tiempo en la José María Pino Suárez de la colonia Morelos (Tepito), donde vivía con su abuelo José Guzmán, de oficio zapatero.
Pasar a tercero fue complicado y a 4º de panzaso. En 5º año, se encontró con el profesor Víctor Ramírez Barrios, que lo sentó con “Mata” el más aplicado del grupo. “A ver si algo se le pega”.
Distraído, juguetón y guapo para las niñas, según versión de su mejor amiga, Verónica, que vivía a unas calles del centro escolar, pero que solicitaba que la acompañara a su casa, para presumir.
Una ocasión se puso a leer la lección que seguía, pues era domingo y el lunes en la primaria tocaba lectura de comprensión. Sacó 10 para sorpresa de Mata, su compañero de pupitre, del maestro y de todos los del grupo. Quien más se acercó fue al 8 y ahí cambió todo.
En 6º, fue el único que a la hora de elegir pareja para la clausura, podía escoger. Eligió, pero el día del vals, ella no fue y bailó con otra, que no cabía de gusto, pero el voyer estaba enojado.
Por 1966 ingresó a la Secundaria Técnica Industrial y Comercial, número 78, donde llegó eufórico y le gustó ser parte de la banda de guerra. A los 6 meses corren al sargento Pineda, porque bañó con ropa a 4 de la escolta que llegaron tarde a la ceremonia de los lunes.
Por ser el más adelantado en tambor y corneta lo nombran “coordinador” de la banda y así dura hasta un mes antes de la clausura del tercer año. Con excelentes calificaciones. Una intriga hace aparecer un envase de caguama en el cuarto donde se guardaban los instrumentos.
Graciela nacida en el 5º Patio cerca de Norte 4, fue su primera novia, Lourdes de Cupatitzio y después Maricela de Lago del Fondo, quien presumía que le decían la “Fanta”, porque estaba bien buena, y muchos coincidían que sí en la secu. A ninguna le pudo decir que fuera su novia. Todas se adelantaron.
Lo expulsan de la secundaria, pero le hacen llamar a su padre, como no tenía lleva a Felipe el herrero, como padrastro. Ahí el director, le dice “no he dicho la última palabra, pero por lo pronto está expulsado”.
Al ver que era una injusticia, luego de haber servido 3 años como instructor sin salario y ser víctima de una intriga, le responde al director. “Señor Director, creo que es algo que no comprendo, pero si usted me expulsa por algo que no hice, yo si quiero decir mi última palabra, luego de que he servido con orgullo, sin tacha y sin quejas, vaya usted a chingar a su madre y que Dios lo bendiga, porque quizá lo vuelva a ver en la calle” Y salió llorando de la dirección.
Luego de esa experiencia, surgió una rebeldía expresa que duró 3 años sin estudiar. Tenía 15 años.
En esa época se fue junto con el Pancho, el Moquis, la Muñeca y otro que no recuerda a los Estados Unidos de aventón, saliendo de Tepotzotlán, Estado de México en tren, hasta Guadalajara, luego hasta el desierto de Altar Sonora, donde no pudieron seguir en tren y tomaron camión y luego a retomar el tren hasta Baja California, para cruzarse 3 veces la frontera y sobrevivir al intento, sin guía. Por falta de dinero para pagar.
Pero seguía jugando futbol, quizá fue lo que lo mantuvo a flote, además de que aprendió a soldar y eso le permitió hacer ventanas, puertas, escaleras, canceles y estructuras para techos.
Ya en los 18 años era chambelán oficial de la calle Lago Chairel, ingresó a la secundaria nocturna, número 15 para adultos.
Jugaba el extremo izquierdo y volaba por la bandas sin ser detenido, entró al torneo de los Barrios del Heraldo en el equipo Andrómaco y es eliminado. Es seleccionado por los organizadores y se forma un equipo de eliminados. Eran más de 400 equipos de todo el DF.
Así va a Brasil y juega contra chavales y se traen un segundo lugar. Pero el alcohol, algunas sustancias de patente y naturales le ganan y empieza a caminar por senderos peligrosos.
Terminó la secundaria e hizo examen en la Preparatoria 4 de Tacubaya de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ganó el pase en su primer intento.
A los tres meses de estar asistiendo, un grupo de porros le exige pagar un peso por ingresar a la prepa. La escasez de recursos hace no aceptar la propuesta. Un peso le costaba ir y venir a la escuela y pagar eso por entrar, lo hizo brincarse por la parte trasera del campo de futbol, pero lo vieron y lo encararon.
A media cancha, el jefe de porros, lo amenazó y ordenó que lo golpearan. El voyer al verse atrapado, solicitó liarse con el jefe y éste aceptó. Al topón el porro cayó y al levantarse volvió a caer y no se pudo levantar, pues quedó noqueado de un cabezaso.
Ahí terminó su aventura en la UNAM y al menos lo dejaron salir, pasmados de ver a su líder inconsciente.
Para ese tiempo el Voyer ya estaba quedando calvo y su cabeza era un arma más.
Al ver que no había futuro, buscó alternativas y por varias circunstancias tenía que salir del DF.
Fue así que en abril de 1978 llegó en taxi de la Ciudad de México y se hospedó en el Cardeña de Chilpancingo una semana Santa. El flaco, su cuate, le dijo que conocía a uno que vendía libros en la capital de Guerrero. Iván Dorado García, se llamaba el librero, quien accede a dar alojamiento en un departamento donde compartía con varias amigas, todas trabajaban en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).
Maricela, Nelia, Luisa y Leticia eran las amigas. Es aceptado por referencias y con humildad se queda a hacer limpieza a la casa del capitán, en la colonia Viguri. Ahí sólo había un colchón, que usaba Iván y Maricela, pero al llegar el voyer, se rifó que un día por semana fuera usado por cada quien.
Acomedido, le propone a Leticia compartir el colchón. Y así ya lo usaban dos días. Es así como a los 15 días, ya tenía cobija, colchón y lo que le sigue e inicia una relación con la que fue su primera compañera y de cuya relación, nació Irán y Kalinka. Hoy excelentes profesionistas.
Los amigos, teatreros, cineastas (Cine Club), Servicio Social y bohemios, lo aceptan y es así, como lo invitan a ser parte del Partido Comunista (PCM), ingresa y es parte de la célula cultural Vladimir Mayakovski, que principalmente hace trabajo en Extensión Universitaria de la UAG.
En septiembre de ese año acude a Salubridad y hace examen de oposición para una plaza federal de auxiliar administrativo. Lo pasa, pero como no había plaza de auxiliar administrativo le dan una de intendencia y lo envían a Iguala.
Para ese momento ya era estudiante de la UAGro en la histórica preparatoria 9 “Ernesto Ché Guevara” y sale de Chilpancingo a Iguala, todos los días a las 5 AM y retorna a las 3, pues ingresaba a las 4 a la prepa, cuestión que siempre llegaba tarde.
Cruzar el cañon del Zopilote en Flecha Roja a las 3 de la tarde en camión sin aire acondicionado y en ocasiones parado, fue una tortura.
Duró 15 días como intendente, pues siempre dejaba mal los escritorios y el médico y director del Centro de Salud, llamado Médico Martínez, le da un nombramiento como inspector de alcoholes e inicia a hacer reportes de limpieza, cofias, guantes, mascarillas en cocineras, botes de basura, uniformes y extinguidores, rutas de salida de emergencia en las cantinas, bares y restaurantes de Iguala.
Bravo y cerca de la tentación al ser inspector, le ayudan a llegar medios chiles a la escuela y en ocasiones a faltar a la casa, por las invitaciones a no reportar alguna anomalía. Pero ya entraba a trabajar a las 9 y no a las 7 como auxiliar de intendencia.
Un año duró la aventura en Iguala, que incluyó un choque en auto en estado etílico y 10 días en cárceles de Iguala, Chilpancingo y Acapulco, porque era Semana Santa y era acusado de daños a la nación, por salirse de la carretera y quedar recargado en un poste de luz.
¿Delito federal?, le preguntaban varios detenidos en la PGR, si lo habían detenido por droga y se burlaban porque les decía que por borracho y dañar un poste de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Ya en el penal de Acapulco fue liberado bajo fianza, pues no había daños a la Nación, solo un rozón a un poste.
Ingresó a la SSA en Iguala en plaza federal un primero de septiembre de 1978 y renunció un primero de septiembre de 1979, porque pasó el examen de admisión en Cine Club de la UAG, y junto con Florentino Cruz Ramírez, empezaron a realizar brigadas culturales por todo Guerrero, para fortalecer a la UAG.
Años complicados, pues en 1978 varios personajes afines al PRI, “toman” Rectoría y reclaman que la UAG dejara de ser reducto de guerrilleros e izquierdistas. Hoy varios de ellos son conocidos del voyer. Y con uno hasta se dicen parientes.
Aleccionamientos, cursos de capacitación, nuevos amigos y entornos relacionados con lucha social y sindicalismo, lo hacen acercarse a Efraín Bermúdez Rivera, Antonio Torres Montoro, José María Hernández Navarrete, Pablo Sandoval Cruz y su hijo Pablo Sandoval Ramírez, todos ya finados y cientos de luchadores de izquierda en Guerrero.
Bermúdez Rivera lo toma bajo su protección y hasta lo hace jefe de prensa del Sindicato de Trabajadores Académicos de la UAG.
Carmelita de Lahud y Tere, lo adoran y lo protegen en su cocina y exigen que no sea despertado, cuando derivado del mezcal, se quedaba dormido en las mesas del restaurant.
José María, Amelia García Pérez, Javier Vázquez, Iván Dorado, Alberto Carmona Molina, Montoro, Payán y cientos más comparten comidas y bebidas en el restaurant “El Laurel” de Carmen de Lahud.
10 años duró la relación con Leticia, quien cansada de la vida disipada del voyer, lo lanza y le deja en caja de huevo sus garritas. Tres días después “El pelochas” solicita al departamento de Recursos Humanos de la UAG, le descuenten el 50 por ciento de su salario, para la pensión alimenticia de sus hijas.
No quieren, porque no hay juicio de por medio, pero los convence, luego de platicar con sus amigos de rectoría.
Para ese tiempo ya tenía relaciones con varios directores de medios como Andrés Campuzano Bailón, Gustavo Salazar Adame, o periodistas como Leoncio Domínguez Covarrubias, Jaime Irra Carceda entre otros, con quienes un día sí y otro también hacían vida disipada en las salas de redacción.
A Invitación de Andrés, inicia a escribir una colaboración cultural en el “Reportero” y también con Gustavo Salazar en “Pueblo”. Principalmente relativos a las películas que exhibía en el cine-club y comentarios de eventos de teatro, pintura y música de Cleófas Villegas y de Joel Cortés Varona o los Cantores del pueblo.
Expulsado de su primera relación “seria” andaba como perro sin dueño y en el sindicato académico, de donde no sale, pues había sido jefe de prensa con Antonio Torres Montoro, conoce a Elia Moreno del Moral de 19 años, él 32 quien junto con su amiga Marley, estudiantes de Comunicación, hacen el programa de radio “Juntos”.
Ya como periodista de nota roja, ex líder sindical y bohemio por afición sin cantar, carro chocolate y relaciones de poder con todos los policías y malas mañas de Chilpancingo, Iguala, Acapulco y anexas, y el único periodista que reporta lo que ocurre en la PGR, pues nadie entraba a esa zona, pues les daba miedo, conoce las entrañas de la lucha antidrogas en Guerrero.
Subiendo en helicóptero, avioneta o caravana de autos, apoya reportando noticias sobre la erradicación de plantíos de amapola y mariguana en el estado de Guerrero.
Desde ahí reportaba lo que sucedía en delitos federales, se hace amigo de varios Delegados de la PGR y comandantes, incluido Mario Arturo González Treviño, quien llegó a Guerrero y luego lo llevaron, acusado de asesinar a una defensora de los derechos Humanos en Sinaloa.
En su momento se lograba decomisar hasta 4 toneladas de coca en Tierra Caliente y Costa Chica, pero luego ya no ocurrió, como ahora, los acuerdos lo impiden.
En la nota roja aprende a investigar y es premiado hasta 8 veces con el Premio Estatal de periodismo en nota informativa, columna el Voyerista, Crónica y reportaje entre otros. Ha recibido reconocimientos nacionales y locales por cumplir 35 años de ser periodista.
El voyerista no entraba a Casa Guerrero, sólo lo hacían los periodistas, afines al PRI, él era del PCM. Con José Francisco Ruiz Masieu, es premiada su columna el Voyerista, primera vez que entra a Casa Guerrero. Con Aguirre Rivero, Pedro Julio Valdéz lo invita a una gira a la Montaña y conoce a René Juárez Cisneros, quien es presentado por Aguirre Rivero y le dice, “te presento al próximo gobernador de Guerrero.
¿Esta historia, continuará?