En la elección de gobernador del año pasado, el PRI se coaligó con el PRD y juntos obtuvieron 580 mil 971 votos (39.21%) frente a los 643 mil 814 (43.45%) que obtuvo Morena. La diferencia de votos fue de 62 mil 843 votos a favor del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Respecto a la elección de diputados locales, el tricolor obtuvo 378 mil 236 votos (25.55%) y se alzó con el triunfo en seis distritos. Y el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) le asignó cinco curules por la vía de representación proporcional.
El PRD también ganó en seis distritos, pero obtuvo 193 mil 236 sufragios. O sea, menos votos que su principal aliado. Por lo que el IEPC solamente le asignó tres diputaciones plurinominales.
Morena logró 563 mil 028 votos y se alzó con el triunfo en 15 distritos (uno menos que en 2018). La autoridad electoral le asignó siete curules, por lo que cuenta con 22 integrantes en la LXIII Legislatura.
El distrito que no pudo retener Morena fue el XIII con cabecera en San Marcos y que ganó el PVEM con su candidato Manuel Quiñonez Cortés. Y por los 57 mil 996 sufragios que obtuvo el Verde Ecologista, el IEPC le asignó un diputado por la vía de representación proporcional.
El PT y el PAN no ganaron ningún distrito, pero sí alcanzaron una curul. El primer partido es aliado de Morena en la LXIII Legislatura, mientras que el PAN ha votado más a favor de las propuestas del bloque PRI-PRD.
En la elección de Ayuntamientos a Morena no le fue tan bien que digamos, ya que solamente ganó en 17 de 80 municipios en disputa. El PRI y el PRD ganaron en 40. El resto lo ganó la chiquillada.
Lo cierto es que, en esa elección, el PRI logró 500 mil 666 sufragios (35.73%). El PRD –su aliado y otrora archi adversario histórico– obtuvo 108 mil 394 (7.73%). Y Morena 461 mil 445 votos (32.93%).
En términos estrictos, al PRI no le fue mal en la elección de Ayuntamientos, como sí ocurrió en la elección de gobernador. ¿Traiciones silenciosas en el tricolor o voto cruzado de los perredistas de base a favor de Morena?
Mario Moreno Arcos fue un buen candidato de la coalición PRI-PRD. Eso no está a discusión.
El problema fue que algunos dirigentes de su partido y del Sol Azteca lo abandonaron. Y lo más grave es que él se confió.
La elección de gobernador es cosa del ayer.
Hoy por hoy, los tres principales institutos políticos de la entidad se preparan para la elección que viene. Cada uno a su ritmo y forma de hacer política.
Lo que llama mucho la atención es que al frente de la Presidencia del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI continúe Héctor Apreza Patrón, quien en el pasado proceso electoral utilizó su cargo para auto palomearse como diputado local plurinominal.
La secretaria general del tricolor, Gabriela Bernal Reséndiz, también aprovechó su cargo para contender por el distrito 08 de Acapulco y ser incluida como diputada local plurinominal. Y le funcionó. No ganó en las urnas, pero actualmente es integrante de la LXIII Legislatura.
El pasado viernes se cumplieron 93 años de la fundación del tricolor. Y Héctor Apreza prefirió ir a la Ciudad de México para festejar dicho evento junto con Alejandro Moreno Cárdenas, el ex gobernador Héctor Astudillo Flores (su jefazo) y otros miembros de la cúpula priista.
Si el PRI está vigente en este momento es porque dos de sus cuadros más visibles para la Presidencia del CDE se están moviendo en las siete regiones de la entidad. Y me refiero a Alejandro Bravo Abarca y Mario Moreno Arcos.
Al igual que el tricolor, Morena tiene a un dirigente gris en Guerrero. Rafael Cuauhtémoc Ney Catalán no es bien visto por la militancia de su partido. De hecho, es considerado como una imposición del senador Félix Salgado Macedonio y del dirigente nacional, Mario Delgado Carrillo.
Los que sí se han estado moviendo para fortalecer a sus estructuras son los líderes de las expresiones políticas del PRD, y su dirigente estatal, el ex diputado Alberto Catalán Bastida.
Durante los últimos días, por ejemplo, Catalán Bastida recorrió algunos municipios de la región de la Costa Grande para reunirse con cientos de militantes. Y lo hizo acompañado del diputado Carlos Reyes Torres, uno de los líderes de Alternativa Democrática Guerrerense (ADG), y Mario Ruiz Valencia y Marco Antonio Organiz Ramírez, presidente y vicepresidente del Consejo Estatal, respectivamente.
Asimismo, asistió este domingo al puerto de Acapulco a la toma de protesta de Azucena Salazar Pineda como dirigente de Nueva Izquierda en la entidad.
Mientras el PRI y Morena se duermen, el PRD se prepara para recuperar el terreno perdido en 2021.
En política, no hay nada escrito. Las victorias y las derrotas no son para siempre.
Quien se duerma y se confíe, que al rato no ande culpando a otros de sus fracasos en las urnas.
La elección de 2024 se va a poner muy interesante.
Y no hay que descartar, ojo, a Movimiento Ciudadano, instituto político que, aunque no ganó ninguna curul en 2021, puede dar la batalla en varios distritos y Ayuntamientos en dos años.
El PAN muy poco tiene que hacer en Guerrero. De entrada, no tiene dirigente en este momento. La elección interna del año pasado fue anulada. ¡Zas!
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