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estos son los acontecimientos históricos más importantes.
Por el : Maestro, Juan Sánchez Andraka
En 1965 recibí mi nombramiento de profesor de español en el pueblo de Apaxtla. Muchas horas de viaje por aquella terracería con zanjas y lodo. Las calles empedradas. Las casas de adobe y teja. Extraordinarias su famosas tortas de nieve. Clima cálido pero agradable. Antes de terminar el año escolar dejé de ser profesor y viví algunos meses en la Ciudad de México. Esos pocos meses en que ejercí el magisterio fueron base para escribir “Un Mexicano Más”. No exagero si afirmo que en Apaxtla nací como escritor.El sábado 26 de febrero es decir, hace doce días, volví a pisar esas calles, ahora, totalmente asfaltadas. Fui invitado por la “Misión Cultural Apaxtlense” que dirige mi amigo Mario Román. Salimos – mi esposa, tres sobrinas de ella y yo – desde un día antes. Para llegar a Apaxtla se pasa por Teloloapan.Esa hermosa ciudad es mi origen. Allí nacieron mis ancestros paternos. Recorrí las calles, sentí el maravilloso clima y comí las increíbles cajitas. En mi mente y en mi corazón estaban mis bisabuelos Higinio Sánchez e Isabel Romero. Mis abuelos Gabriel Sánchez Romero e Isaura Vázquez Millán. Mi papá y sus hermanos, entre ellos los Cancioneros del Sur. Mi esposa entonaba a cada rato “Teloloapan eres flor…” y entonces el recuerdo de mi súper primo Miguel Sánchez Vázquez me inundaba la mente. El, como yo, sin haber nacido en Teloloapan amamos esta ciudad como nadie. Miguel enseñó a sus hijos a quererla y pregonó durante su vida el orgullo de ser teloloapense. Mis ojos estaban inundados. Más cuando Caty -la más pequeña de las sobrinas- tocó emocionada la famosa tecampana.Llegamos a Apaxtla. No era el pueblo aquel de mis meses de magisterio. Ahora es una gran ciudad con edificios, mucho comercio y colonias.Mi amigo, Mario Román, nos recibió en la entrada y nos invitó a cenar en su casa. Su amabilísima esposa nos ofreció guisos con productos que el mismo Mario cultiva y elabora.Queso, crema, requesón, tortillas de maíz de sus terrenos.Al otro día, el actual director de la secundaria –cuna de Un Mexicano Más- Roberto Ramírez Juárez y su amabilísima esposa nos recibieron en su hogar con un opíparo desayuno. Su generosidad no tuvo límites.A las once fue la presentación de mi más reciente novela en el auditorio de la Casa del Jubilado. Me acompañó el extraordinario escritor José I. Delgado y mi amigo y paisano Adrián Brito. Allí estaban muchas cabecitas blancas. Fueron mis alumnos cuando tenían doce años. Ahora tienen más de sesenta. Fue muy emotivo este encuentro. El poeta apaxtlense, Hugo Figueroa, engalanó este acto con su presencia. Me informaron que en una colonia naciente una calle lleva mi nombre. Me sentí muy alagado.Otro bellísimo hogar nos recibió para ofrecernos una extraordinaria comida. Fue el hogar del maestro Marcelino Sánchez Beltrán. Su esposa fue amabilísima, cordial y atenta. Allí conviví con algunos exalumnos.La Misión Cultural Apaxtlense es un grupo de paisanos que han concebido el desarrollo de su terruño a través de la cultura. El desarrollo lo conciben como la forma de vivir en paz, armonía, tranquilidad. Nadie que lea, guste de las artes, que oiga y promueva la buena música, que escriba o pinte podría ser delincuente.La Misión Cultural Apaxtlense está constituida por gente mayor y por jóvenes. Quiero manifestarles a través de estas líneas mi admiración y solidaridad.En todas partes deberían formarse Misiones Culturales con ciudadanos empeñados en el mejoramiento social. Necesitamos cambiar nuestra mentalidad. Mejorar nuestra vida no es tener más. Es ser mejor. Sin envidias, sin odios, sin complejos y prejuicios. Sin fanatismo. Debemos educar para la paz.Lo que sucedió en el estadio de Querétaro es producto de mentalidades no educadas para la paz. Se educa para la competencia. Se promueve el egocentrismo.
252Efraín Flores Iglesias, Lenin Carbajal y 250 personas más52 comentarios42 veces compartidaMe gustaComentarCompartir