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El voyerista
Por Alfredo Guzmán
- ¿Acapulco, bien vale un vals?
Como guerrerense adoptado por este girón suriano, interpreto la actitud y las acciones de la gobernadora Evelyn Cecia Salgado Pineda en favor de Acapulco para que todos y todas pongamos un grano de arena y paliar en lo necesario el drama que se vive en el puerto guerrerense.
También entiendo que hay intereses políticos de por medio, que no se pueden evitar, pero hay prioridades.
¿Cómo desligar el 2024 con lo que hagan y dejen de hacer todos los políticos de todos los partidos en México?
Aunque quiero entender que la gobernadora, espera que el gobierno federal, haga efectiva la promesa de hacer llegar recursos financieros, que aún no se ven, por la urgencia que reclama el momento, la posible crisis sanitaria que se pudiera declarar en Acapulco.
Porque entiendo que cuando lleguen, habrá programas de apoyo, para fortalecer la limpieza y edificación de la infraestructura dañada.
El llamado urgente que realiza la gobernadora de Guerrero a los actores políticos locales, es para que todos sin excepción adopten y asuman como un compromiso social trabajar por los guerrerenses, sin mezquindad y sin colores partidarios.
Aunque lo anterior sea complicado hacerlo.
No soy vocero de nadie, ni siquiera de mí mismo, porque medie en mí un interés de ningún tipo.
La posibilidad de una emergencia sanitaria es real, derivada de las condiciones en que dejó Otis al puerto más emblemático, bello, famoso y generoso de México, como lo es Acapulco.
Podemos reconocer que hay en México, riqueza histórica, natural y bella, más y mejor que Acapulco, pero nunca se ha conjuntado tanto, para quienes viven del placer de ver, oler y tocar, como la Bahía de Santa Lucía y sus alrededores.
La declaratoria de establecer que todo envío deba ser controlado por el ejército, limitó en un principio, los apoyos de organizaciones altruistas, sociales y de la sociedad civil.
Hoy empieza a regularizarse y hay organizaciones filantrópicas nacionales e internacionales, que se han aliado a grupos políticos y organizaciones de la sociedad civil, para traer al puerto de Acapulco, productos alimenticios y la propia instalación de comedores comunitarios.
Hoy las universidades del país, han contactado con la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) el enlace para trasladar toneladas de productos alimenticios, agua, medicinas y personal especializado, para apoyar a los guerrerenses en situación de calle, que los dejó Otis.
Los gobiernos de los estados, se enlazan con el gobierno estatal, para canalizar todos los apoyos posibles y se convierten en despensas.
Las noticias de que el Congreso Federal y estatal no coinciden en formar fideicomisos para la reconstrucción de Acapulco, no son muy buenas, aunque el gobierno federal, establece que dinero si hay y que en breve llegará a Guerrero, aunque no se sabe cuándo, ni cómo.
La dimensión del desastre de Acapulco, es inmensa y durará varios años su reconstrucción. Quizá el próximo año, derivado de un análisis superior y diferente, haya un cambio de actitud y se apoye a Acapulco, mucho mejor.
Al tiempo.