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¿Quién está, o estaría detrás de exhibir al exmandatario estatal, como un gobernante que no comprueba los recursos ejercidos en su gobierno? ¿A quién le interesa dejarlo mal parado? ¿A quién le conviene exhibirlo? ¿Quién tiene las vías para hacerlo? ¿Quién tiene acceso a las revisiones que lleva a cabo la Auditoría Superior de la Federación? ¿Quién está dolido con Héctor Astudillo Flores? ¿Quién? ¿Quién?
De Julio Ayala Carlos
A LEGUAS SE VE QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE ELLO. Y es que si bien es cierto que la Auditoría Superior de la Federación revisa las cuentas de los gobiernos, incluidos aquellos que ya concluyeron su periodo, como es el caso del que encabezó Héctor Astudillo Flores, también es muy cierto que existe un periodo para la solventación de observaciones. En este sentido, no sólo huele a podrido la filtración contra el exgobernador, sino a un acto de mezquindad política y miseria humana de quien lo hizo.
Porque, hay que decirlo, resulta por demás sospechoso que ahora que Astudillo Flores está por definir su camino político, tras renunciar al PRI por la exclusión que allí existe, luego de que el dirigente nacional Alejandro Moreno ha secuestrado a ese partido, y por ende entrega las candidaturas a sus amigos, como el caso de Manuel Añorve Baños, sin que tengan posibilidades de ganar, y aún así continuar pegados a la ubre presupuestal, decíamos, resulta sospechoso que al exgobernador lo pongan en el ojo del huracán.
¿Quién está, o estaría detrás de exhibir al exmandatario estatal, como un gobernante que no comprueba los recursos ejercidos en su gobierno? ¿A quién le interesa dejarlo mal parado? ¿A quién le conviene exhibirlo? ¿Quién tiene las vías para hacerlo? ¿Quién tiene acceso a las revisiones que lleva a cabo la Auditoría Superior de la Federación? ¿Quién está dolido con Héctor Astudillo Flores? ¿Quién? ¿Quién?
Sin mucho pensarlo, sin darle tanta vuelta, la respuesta salta a la vida. A leguas se ve quién es. A quién le interesa, y más aún, quién está detrás de ello… ¡Vamos, hasta un niño da con ello!
Y aquí no hay de otra que el senador, el exalcalde de Acapulco, o como él mismo se autonombra: el chaparrito cabrón. Es decir, el mismo que se apuntó para reelegirse en el cargo que actualmente tiene, el que dice que es el más crítico de Morena y la 4T, pero hacer activismo político por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y se abraza a Félix Salgado Macedonio cada vez que puede. El mismo que por su perritura al Senado ha fracturado al PRI casi al punto de la extinción.
Porque, hay que decirlo, es el senador quien tiene acceso a la información de la Auditoría Superior. Es quien tiene los contactos. Es quien además tiene el cargo de coordinador de los senadores del PRI. Y es, también, quien tiene relación, más que institucional, con el gobierno de la 4T.
Más aún. Por si fuera poco, es quien tiene motivos, más que suficientes para afectar o poner en duda la responsabilidad y la honestidad del exgobernador del estado.
Porque, ya lo hemos dicho, con su salida del PRI, Héctor Astudillo Flores, que aún mantiene el control del Consejo Político Estatal de ese partido, y la mayor parte de la estructura y comités municipales y seccionales, no sólo pone en riesgo el registro del tricolor, sino también la reelección del senador, la diputación local de su esposa por la vía plurinominal, y la jugosa regiduría de su hijo en el Ayuntamiento de Acapulco.
Así que cuando filtran la información de que el exgobernador mantiene observaciones por 5 mil millones de pesos, ejercidos durante el gobierno que encabezó en el anterior periodo, además de que tendría una denuncia penal por supuestas irregularidades en el uso de los recursos públicos, no es más que una perversidad, producto de la miseria humana de quienes lo hicieron, en los momentos en que Astudillo Flores está por definir su futuro político.
Y es que, ya lo hemos dicho, las observaciones que realizan los órganos de fiscalización, son sólo eso, con el fin de que el responsable del ejercicio de los recursos públicos, las solvente, es decir, que las aclare. Para ello, además, hay un periodo legal, el cual, respecto al caso, no ha concluido. Miente pues quien diga que las observaciones son desvío o sinónimo de robo.
En fin. No cabe duda que es perverso…
Comentarios: ayala.jc30@gmail.com