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Hay quienes le aplauden a la ejecutiva estatal no obstante, que otros aseguran que las renuncias obedecen a supuestas presiones superiores para restablecer la paz social con el reciente crimen del estudiante de ayotzinapa.
Por: Carlos Días Figueroa
Nunca es tarde para salvaguadar el Estado de Derecho y remediar ciertas incertidumbres con la politica interna de seguridad y justicia que han sido el centro del obstáculo del gobierno de Evelyn Salgado Pineda.
Aunque es antes y no después recibir la admisión de quienes no tienen el oficio y vocación para servir en el funcionamiento de un aparato de gobieno que efectivamente requiere de la representación moral.
La gobernadora de Guerrero se vio obligada y por cierto en paquete en separar de los cargos a los 2 secretarios y la remoción a la fiscal general del estado, tales resposables directos con la gobernabilidad del estado.
Hay quienes le aplauden a la ejecutiva estatal no obstante, que otros aseguran que las renuncias obedecen a supuestas presiones superiores para restablecer la paz social con el reciente crimen del estudiante de ayotzinapa.
Y una parte de la ciudadanía pregunta y porque hasta ahora después de los acontecimientos de todos los días en Guerrero ante una estrategia de seguridad fallida al no contar el gobierno con un gabinete de seguridad eficaz.
Mientras, la gobernadora Evelyn Salgado implementa políticas de certeza, al interior del aparato de gobierno no hay perfiles de margen para actuar con moral, olvidándose de la responsabilidad ética de la función pública.
No se trata descalificar la ausencia de la seguridad, pero si hacer mención que el compromiso es directo e interno para ayudar a la gobernadora del estado con el alto grado y sentido común a conciencia.
En el caso de la fiscalía general del estado una representación que desde el inicio empezó mal con la designación de un perfil militar con lujo de prepotencia, lejos de hacerle frente a la situación de inseguridad en la entidad.
De manera extrema ante su beligerancia, sin respetar los poderes del estado y por encima de ellos, la fiscal encabezó actos de impunidad donde nunca prevaleció la autoridad moral de respeto, principalmente, a la gobernadora.
Por ello, Evelyn Salgado dio también respuesta a quienes dudan que la gobernadora no sabe tomar decisiones y más allá de recibir tales renuncias se dio un paso de respeto a los derechos humanos y al estado derecho.
Por lo que, todo parece que será apertura en revisar la estructura del aparato de gobierno de forma sutil, a fin de evitar problemas con la gobernabilidad y por otro lado valorando formas propias en la función del gabinete.