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Por César González Guerrero.
Saber leer y escribir es
parte de lo que actualmente
se le llama alfabetismo. No
saber leer y escribir, es
analfabetismo.
Sin embargo, no basta
con saber leer y escribir, si
no se aprende. Y aprender
es adquirir conocimientos
para estar en condiciones
de solucionar problemas.
Pero además del
conocimiento, quienes
saben leer y escribir,
adquieren habilidades y
destrezas para que la solución de problemas sea efectiva y eficaz.
De nada sirve saber leer y escribir, si no se aprende, si no hay
conocimientos, y si no solucionan problemas.
Saber leer y escribir es una gran responsabilidad del ser humano. Ya
lo decía José Martí, ser cultos para ser libres.
Quizá por ello existen algunos países, en donde los gobernantes
alientan el analfabetismo y la ignorancia, porque entre más analfabetos
haya, más y mejor será el control y dominación de parte de esos
gobernantes. A mayor ignorancia, más pobreza, y a más pobreza, habrá
menos individuos capaces de luchar por su bienestar.
Recuerdo cómo en nuestros tiempos, años 1960-1970, quienes
buscábamos opciones para estudiar, tuvimos que aprender a leer y
escribir enfrentando y superando una serie de dificultades.
Para empezar, solo existía el legendario Silabario de San Miguel
Arcángel. No había libros; en mi caso, mi padre nos enseñaba utilizando
todo lo que estaba a su alcance como: semillas de maíz, frijol, piedritas,
varitas, palitos, etc.
Al llegar los primeros libros de texto gratuitos, ya después de 1959,
logramos adquirir mejores conocimientos.
Nos sirvieron mucho las revistas y publicaciones de la época, como
las revistas, Alarma, Kalimán, Lágrimas y Risas, Archie, Chanoc,
Hermelinda Linda, Memin Pingüin, etc. Desde luego fueron tiempos en
los cuales no existían otros tipos de libros.
Con el tiempo, ya con las nuevas tecnologías y técnicas del
aprendizaje, a finales del siglo XX, surgen los celulares, y con ello se
van terminando las buenas costumbres de leer y escribir.
Ahora la computadora y el celular solucionan, aunque deformada, la
escritura y la lectura.
La modernidad está acabando con los lectores y escritores.
Y no debemos permitirlo.
En Guerrero tenemos muchos talentos en esta materia, y son
ejemplos a seguir, y en la Costa Chica más.
Solo falta el estímulo y el apoyo de los tres niveles de gobierno.
Ya veremos