Epístolas Surianas
De Julio Ayala Carlos
• Javier, el de la Uagro…
ADEMÁS DE CÍNICO, ES MITÓMANO. Me refiero por supuesto al rector de la UAgro, Javier Saldaña Almazán, quien a raíz de los cambios en la dirigencia de los trabajadores universitarios señala que no está metiendo las manos en la elección, pero que sí les sugiere lo que deben hacer. Claro, si no le hacen caso, ahí está la amenaza.
Obvio, no sólo por eso es cínico y mentiroso…
A raíz del planteamiento de eliminar la reelección en los cargos públicos, como lo plantea la próxima presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, figura que por cierto utilizó para volver a convertirse en rector de la máxima casa de estudios del estado, Saldaña Almazán quiere ahora un rectorado ¡de seis años!, y aunque no lo dijo, sin elecciones, es decir, por acuerdo de quienes hoy la tienen secuestrada.
Y de la nada, sin que le preguntaran, también dijo que no entregará recategorizaciones a los trabajadores como se estilaba antes, durante y después de los procesos electorales por la Rectoría, cuando es de todos sabido que en los últimos 10 años las prebendas las ha entregado él, precisamente como pago de favores por el voto a su favor.
Así es. Si en la Uagro hay aviadores, que los hay, y con su consentimiento; si hay corrupción, académica y financiera, que supuestamente combate, es porque la ha prohijado. Quienes venden calificaciones, espacios en la Facultad de Medicina y Servicios Escolares es gente que llegó con él a la Rectoría de la Universidad.
El extinto Román Ibarra, se lo dijo en su cara, lo mismo que el extesorero Fausto Solís, a quien incluso, según sus propias palabras, pretendió comprar su silenció y luego, al no poder, amenazó de muerte…
En fin que hoy, cuando la reelección en los cargos públicos está en entredicho, reelección que por cierto el rector de la Uagro pagó en su momento a algunos diputados para que le aprobaran la reforma universitaria, Saldaña Almazán dice ya estar trabajando en contra de ella, cambiándola por un periodo de seis años, o hasta 10, si fuera necesario.
Eso sí, sin elecciones de por medio, es decir, la nueva forma de elegir al rector, como ha querido y ha sido su sueño, que porque sólo dividen y causan conflicto. En vez de eso, ha planteado, un acuerdo entre los grupos universitarios, como los que hoy tienen secuestrada a la Uagro, y así, sin ningún problema, repartirse el pastel, precisamente como lo está proponiendo en la elección de la dirigencia del sindicato de trabajadores académicos de la institución.
Es obvio que Saldaña Almazán no entiende lo que dice. Es decir, niega que esté metiendo las manos en la elección del nuevo comité de trabajadores académicos, pero acepta que les sugiere lo que tienen que hacer, es decir, igualito a lo que hecho durante las veces en que ha sido rector, y como hoy, ahora, no se lo permiten, ya salió con el cuento de que no entregará recategorizaciones, es decir, los está amenazando de que si no lo obedecen, que se olviden de conquistas laborales.
Lo cierto es que, hoy por hoy, el rector de la Uagro, el que se cree indispensable porque supone saberlo todo y tener los amarres hasta con el diablo, ya no las tiene todas consigo en la máxima casa de estudios del estado. Lo que inició con una pequeña crítica, con un pequeño malestar por la forma caciquil en la que se conduce, cada vez crece más. Las voces críticas, por el hartazgo y la inconformidad de los maestros y trabajadores administrativos son cada vez más contra el autoritarismo del rector.
Así es. Con todo y que Javier Saldaña Almazán, que confunde vocero con voceador, y acuerdos perversos con democracia, con todo y que como el camaleón se transforma, convirtiendo a la Universidad Autónoma de Guerrero en matraquera del poder, su imperio de papel empieza por acabar.
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