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EL CHICURRO
Por César González Guerrero.
Hace aproximadamente 60 años conocimos que en
el mundo existe una gran
diversidad en la Flora y la
Fauna. De manera muy
especial nos llamó la
atención la existencia de
varios pájaros negros como
el Zopilote, el Zanate, el
Tingüiliche y el Chicurro
entre otros, que en su
respectivo hábitat, tienen
una función y
comportamiento muy
específico.
Unos perjudícales y
otros no perjudiciales. Unos atractivos y otros sin ningún atractivo. Unos
que atraen por su belleza y otros que a primera vista causan horror.
Depende del criterio de cada quien.
En la fauna Costachinquense, principalmente, abundan una serie de
animales muy poco conocidos como es el caso de este pájaro llamado
Chicurro y que es muy popular en mi tierra Copala, y tal vez en otros
lugares de Guerrero y México.
Con algún parecido al Zanate pero muy diferente en cuanto a sus
características físicas y de comportamiento, el famoso Chicurro aparece
de manera sorpresiva y sigilosa en los campos, sobretodo en estos
tiempos en que los campesinos están preparando sus tierras para la
siembra.
Para empezar su colorido es menos llamativo y elegante que el Zanate,
sus movimientos no son ágiles, su físico no tiene ningún atractivo, los
sonidos que emite causan cierto temor, su aspecto refleja tristeza y
debilidad, se ubican en espacios con sombra y frescos, en su mayoría
permiten que las personas estén a una corta distancia, se alimentan de
pequeños insectos que brotan de los surcos y de la maleza que se
desmonta, en algunos casos les encanta colocarse sobre los árboles,
se notan menos inteligentes, no es muy fácil definir su sexo, etc. Todo
lo contrario del Zanate.
Aunque se desconocen sus antecedentes, origen y significado, los
trabajadores y quienes viven en el campo, saben muy bien que el Chicurro
no es perjudicial y tampoco es ofensivo. Más bien lo consideran como
un pájaro torpe y sin valor. Quizá por ello no es considerado como parte
de los animales importantes y que no les causan ningún daño.
El aspecto físico del Chicurro se puede apreciar con un acercamiento
hasta de 1 metro de distancia, permitiendo ver detalles que no agradan
a sus posibles aficionados. Su belleza física se considera nula y a veces
atemoriza.
En muchas ocasiones, ya trabajando la tierra, se pueden observar
arriba del lomo de algún burro, o animal vacuno, alimentándose de las
llamadas «garrapatas» que abundan en estos animales sin causar
ninguna molestia, o bien cruzándose con vuelos muy bajos, frente al
campesino que barbecha o «chapona». Es un animal que por su lentitud
e inocencia permite un buen acercamiento.
Tal vez en las dependencias gubernamentales, en sus tres niveles,
exista información acerca del Chicurro y si no, es buen momento para
investigar aspectos aún desconocidos.
Creo es conveniente que en los planes y programas de estudio se
enseñe y explique a los niños, adolescentes y adultos, la cantidad y
calidad de recursos que nos ofrece la naturaleza, para apreciar y valorar
cada uno de ellos.
Con trabajos de investigación en las escuelas podríamos confirmar
las habilidades y destrezas y el beneficio de esos componentes, y si
es necesario instrumentar un Programa que evite su extinción. La tarea
oficial será determinante para cuidar la fauna oportunamente.
La juventud estudiosa, y quienes se dedican a estudiar la naturaleza
tienen un gran reto, y la sociedad en su conjunto un compromiso para
promover el cuidado del medio ambiente.
El Chicurro, por su ingenuo. y noble comportamiento, m, merece seguir existiendo.
Ya veremos.