El voyerista
Por Alfredo Guzmán
• ¿Sánchez Esquivel, se creyó Napoleón?
Pensar en los nuevos actores de la política en Guerrero es pensar en aquellos que aparecieron a una velocidad impresionante, pero con esa misma velocidad desaparecen, y el defenestrado presidente de la JUCOPO del congreso local, Alfredo Sánchez Esquivel es uno de ellos. Este personaje, dos veces diputado local, se valió de todas sus artimañas para llegar a Coordinar el poder legislativo en nuestro estado, tejió pues, lo que llamamos intrigas palaciegas para ir quitándose del camino a quien le estorbaba; Sánchez Esquivel logra convencer a los círculos del poder que con él podría someter, que no acordar, a las fracciones de oposición y así sacar adelante las iniciativas de su movimiento. Rápido fue el desencanto al no consensuar ni con los propios y peor aun, haciendo gala de su muy conocida misoginia, enfrentarse a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y querer mal confundir una igualdad de poderes entre el Legislativo y el Ejecutivo. Además de que es por todos conocido su actuar para hacerle la vida de cuadritos a la nueva presidenta de la JUCOPO a la que llama sin respeto, “esa mujer”.
Hace ya unos meses, con el rechazo unánime de sus compañeros del partido Morena, fue prácticamente expulsado como coordinador de su bancada y por lo tanto como presidente de la JUCOPO en medio de una serie de escándalos y señalamientos de corrupción. Además de la coordinación, ¿qué más perdió Sánchez Esquivel que le duele tanto? De que tamaño será su furia, rencor y frustración que no falta quien diga que es la mano que mueve la cuna detrás de muchas de las manifestaciones y bloqueos que se han presentado en el estado y particularmente en la capital del estado. No seamos ingenuos, los mismos grupos que hoy desquician el libre tránsito son los que acudían a “mesas de trabajo” con el Dip. Sánchez Esquivel. Hay quienes incluso pueden identificar como personas afines a él, a los agitadores de las ultimas protestas, incluida la que intento boicotear el 1er informe de labores de la Gobernadora. No son pocas las llamas que recibió durante el discurso de rendición de cuentas de la titular del ejecutivo, tampoco son pocas las fotos con su risita burlona después de colgar su “IPhone” Mas que preocuparse por desestabilizar al gobierno del estado, debería de preocuparse por los errores tan grandes que cometió al abusar del poder, abusos que hoy son tipificadas como delitos que la propia FGE y AGE del estado ya están investigando. Él lo sabe, y sus compañeros de bancada también, los diputados que se decían sus aliados, hoy ni lo saludan. Es el apestado del congreso, pues. La pregunta que hoy lo tiene sentado en una curul con una gran indignidad es si estamos ante un inédito proceso de desafuero para que enfrente las acusaciones por los desvíos millonarios que en estos meses se han documentado. Emocionado y embriagado por el poder, tiró la biblioteca del Congreso del Estado, sin ninguna explicación, sin ningún dictamen de Protección Civil, sin razón, vaya. Inició una obra que no licitó y entregó a una empresa de confianza sin rendirle cuentas a nadie, ni a su fracción ni a la JUCOPO. Finalmente, fue anunciado un presupuesto por parte de la secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado de 20 millones de pesos para volver a levantar un edificio que nunca debió haberse demolido. ¿De cuánto era la mochada de la constructora? Del 10, del 20 o del 30%? Ya se sabrá. El congreso del Estado tiene 2 facultades establecidas en la Constitución, la primera, legislar y la segunda, fiscalizar el gasto público del estado. Que no hubo nadie que le explicara a este diputado que por cierto usurpó el espacio de un representante indígena, que comprar tinacos y despensas no está ni en sus funciones, ni en sus facultades y mucho menos existe partida alguna para esta erogación. El reclamo de la auditoria superior del estado para que sean reintegrados los 30 millones que el Señor diputado indígena gastó en enseres, ha lugar, diría el argot parlamentario. De que tamaño será la ignorancia de este personaje, que metió al congreso del estado en uno de sus momentos más bochornosos. Nunca en la historia de Guerrero se había publicado una ley en el Periódico oficial diferente a la aprobada por el pleno del Congreso, esto ocurrió con algo tan delicado como con la Ley de Seguridad Pública cuya versión enviada al ejecutivo fue modificada “por órdenes” de Sánchez Esquivel. ¿Qué ganaba con ésta acción? No se sabe, pero su decisión generó una confrontación abierta entre el nuevo gobierno del estado encabezado por Evelyn Salgado y el congreso local, lo que hizo que se creara una comisión especial para que investigara este hecho, la que hasta el momento no ha presentado resultados. Viéndose acorralado por la falta de comprobación de varios cientos de millones de pesos, Sánchez Esquivel fijo obsesionadamente sus intereses para apropiarse de la Auditoria Superior del Estado; creó una figura que no existe y nombra “encargada”. Desde ahí armó un equipo, denunciado por los propios presidentes municipales, que se dedicaron a pedir dinero a cambio de “ayudarles “en su cuenta pública. La operadora de esta misión, sin rubor fue la misma “encargada” Natividad Pérez Guinto.
Ayutla de los Libres es un municipio indígena en la Costa Chica de Guerrero, lugar donde Sánchez Esquivel tiene sus orígenes y pudo con presiones y amenazas quitar un Concejo Municipal legalmente electo, para imponer con influyentismo y chantaje a otro nuevo, al margen de la Constitución. Donde colocó al frente de las finanzas a gente incondicional a él.
La confrontación que Sánchez Esquivel provocó entre los pobladores de Ayutla, es de dimensiones delicadas, como delicado es el desfalco de 183 millones de pesos, que fueron señalados en Octubre pasado por la Auditoría Superior de la Federación y por la que el diputado deberá responder.
Desenmascarado en su ambición, hay una última pregunta. ¿Cómo terminará Sánchez Esquivel? Nadie sabe, nadie supo.