El sábado, 12 de noviembre llegaron a la feria del libro, instalada frente al Museo Regional, dos periodistas -hombre y mujer-. Me entrevistaron. Les hablé del oficio de librero, de la poca existencia de lectores, del reducido número de librerías en el Estado y de las ferias del libro como medio de promoción de la lectura. Me preguntaron por qué se había suspendido la plática de la escritora Victoria Enríquez sobre Luis Zapata. Les dije que, desgraciadamente se habrían suspendido varios eventos de la feria del libro porque se “encimó” -así dije- la feria del deporte.
Ayer escribieron que yo había acusado a la presidenta municipal de haber saboteado la feria del libro.
Yo no culpé a nadie ni hablé de ningún sabotaje. Al contrario. Afirmé que este ayuntamiento que encabeza mi amiga Norma Otilia es el primer Ayuntamiento que se involucra con los libreros para la organización de este evento. Afirmé que nunca antes habíamos tenido tanto apoyo y les pedí permanecer allí, en mí puesto de libros, para que comprobaran la atracción que ejercían los libros colocados al paso de la gente.
Niego que haya habido sabotaje. Niego que yo haya culpado a mi amiga la presidenta municipal. Afirmé sí, que se encimaron dos actividades y que, por eso, se suspendieron eventos nuestros. Debe existir grabación de la entrevista.
En nombre de mis compañeros libreros expreso nuestro agradecimiento al H. Ayuntamiento por su entusiasmo y apoyo para difundir el libro. Esta acción es muy trascendente para el cambio de mentalidad. Pero, también, solicito que no vuelva a pasar lo que pasó. Suspendimos el día 12 el acto conmemorativo del día nacional del libro.
En lo personal manifiesto mi gran cariño a mi amiga Norma Otilia Hernández Martínez. Es hija de dos grandes guerrerenses cuyo recuerdo permanece en mi mente y corazón.