
Por Alfredo Guzman
Recién el sábado que regresé de Acapulco a donde fui a revisar y a aportar algunas cosas prometidas, andaba motivado y hasta compartí unas gráficas de personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), porque como muchos que ahora aportan en Acapulco, se la están rajando.
Ayer que regresé de una comisión, encontré la casa en penumbras. Nadie tenía explicación. Pregunté con los vecinos y de inmediato me acordé que tenía domiciliado el pago de la luz en una tarjeta que mis amantes secretos de la ajeno, haquearon.
Menté madres y recordé de que se iban a morir algunos, fui a pagar y hoy a las 9 am. Ya estaba conectado de nuevo. ¡Albricias, Eureka, recáspita!
Honor a quien lo merezca.
Fui consultado por la familia y con mi voto en abstención, se acordó facilitar el depto conocido como Casa Violeta, propiedad de Mome, para que personal de la mentada CFE, lo use, para bañarse, descansar y hacer lo que quieran y puedan cuando andan fuera de sus casas.
Este mismo departamento que resultó ileso en contrario de muchos que no, en una zona cercana al aeropuerto, también fue puesto a disposición ayer mismo del gobierno del estado.
Pero hay prioridades.
Eso quizá se puede mal interpretar, pero cada quien. Unos andan pintando paredes con su nombre, otros andan aportando con lo que pueden a quien lo necesita.
Y por cierto, ya va la planta de luz, que tiene destinatario La Cima, con mensaje a mis amigos ratas, que no molesten a los de la CFE, a quienes despojaron de sus pertenencias.
Y es todo por hoy, conectado, pues.
Cualquier gobierno que le hubiera pasado lo que ocurrió con Otis, se hubiera achicado. Como cuando mi amigo Efraín Flores Iglesias inventó la frase de “Y mientras llovía y llovía, el ciudadano bebía y bebía”.
Quiero considerar a la actual gobernadora Evelyn Salgado Pineda, quien anda ordenando el desmadre, en un estado de machos luego de que ni siquiera el municipio de Acapulco ni Chilpancingo caminan en coordinación con el gobierno estatal.
Y soportando los golpes que causa el vacío político, económico y social del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien a diferencia de su estado Tabasco, cuando se inundó, reclamó, armo marchas, mítines y exigió como hoy lo hacen muchos, hoy abandona a Guerrero.
Ya le fueron a gritar “Acuérdate de Acapulco” y se enojó.
Atento, atento.