Por Alfredo Guzmán
- ¿Ingrid y Manuel y ahora Otis?
Recuerdo cuando el huracán Paulina, azotó Acapulco, fue un evento que me hizo saltar de mi asiento y emprender una salida urgente hacia el puerto de Guerrero, porque allá se encontraba estudiando Ecología Marina, mi hija Irán Andira y las imágenes que observaba en el hotel por la televisión, eran dantescas.
Serían las 10 de la noche y las imágenes que veía en el programa 24 horas, eran elocuentes.
Junto con mi compañera Elia, estábamos en Toluca, donde acudimos a un evento del INE, donde ella era representante de Guerrero salimos por la madrugada.
Acapulco, estaba destrozado.
El huracán Paulina ocurrió del 6 al 10 de octubre de 1997 y alcanzó nivel 4, pero dejó una estela de destrucción y muertes contables de más de 400 personas.
Entré a Acapulco y vi las calles destrozadas del Anfiteatro y llegué a la colonia Las Américas y la rescaté. Se había refugiado con algunas amigas. Llorando la abracé.
El 13 de septiembre del 2013, acudí a Acapulco a una carrera organizada por la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), pero derivado de las lluvias provocadas por la tormenta tropical Ingrid y el huracán Manuel no se realizó el 14 del mismo mes.
Ingrid y Manuel ocurrió por ahí del 12 al 17 de septiembre del 2013 y generó muchas lluvias, que repercutieron en destrucción, principalmente fuera de Acapulco, aunque destruyó la autopista y por ende, estuve recluido (encerrado en hotel) 5 días enteros con mi familia, hasta que se liberó el tránsito a la ciudad de México.
Tardé 12 horas en llegar de Acapulco a Chilpancingo, lo que ahora normalmente hago en una hora.
La señal telefónica funcionaba intermitentemente. A los hospedados en hotel, el gobierno federal facilitó hospedaje y comida por dos días. Gobernaba Enrique Peña Nieto, quien se trasladó por aire a Acapulco y ahí estuvo varios días organizando el rescate.
Hubo saqueos y rapiña. No pasamos hambre ni sed. El gobierno federal nos becó.
Ahora el fin de semana pasado, estuve en Ometepec, retorné el domingo a Acapulco y me hospedé en un departamento en Marina Diamante. Ahí estuve lunes y el martes por la tarde, retorné a Chilpancingo, donde vivo desde hace 44 años.
La salida a mi ciudad de residencia, evitó que de nueva cuenta estuviera atrapado en Acapulco como ahora ocurre con Otis, quien principalmente entró por la zona Diamante, lugar en donde me encontraba hospedado y causó destrucción en hoteles y unidades habitacionales, donde me encontraba hospedado.
Lamento el evento, pero también lamento no haber estado ahí, para realizar mi trabajo periodístico. Aunque no es lo mismo ahora 30 años después de haber sido un avezado periodista de nota roja.
Cada desgracia “natural” coloca a los gobiernos en su nivel. Ya hubo quienes vivieron desgracias y quedaron marcados por ello. Juan Salgado Tenorio edil y Ángel Heladio Aguirre Rivero, son muestras de lo anterior.
Hoy le toca a la gobernadora Evelyn Cecia Salgado Pineda y a la edil Abelina López Rodríguez, administrar la crisis, quienes tienen la tarea directa de hacer una tarea titánica, pero necesaria.
El gobierno federal, igual. Con los resultados, habremos de saber cómo lo hicieron. Que todos esperamos que sean para el bien de todos y todas los acapulqueños y turistas.